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Sep 04 - "Gibraltar Will Never Be Spanish" - Spanish Author Writes For YGTV

GIBRALTAR JAMÁS SERÁ ESPAÑOL

By Rafael Rossello Cuervas-Mons

Me pueden llamar antipatriota, antiespañol o lo que quieran, pero a mis cincuenta y siete años he aprendido que las cosas son lo que son y que intentar maquillar la realidad no sirve para nada.

Gibraltar jamás será español y si algún destino tiene esa población en un futuro es llegar a ser un estado soberano como lo es Mónaco o Liechtenstein o el mismísimo Andorra; desde luego español nunca. Y no lo será por diferentes motivos, el primero, por sus antecedentes históricos que, aunque muchos crean que benefician a ese tópico de “Gibraltar español”, va en contra. Para empezar, Gibraltar lleva ya más tiempo bajo dominio británico que español y, por si fuera poco, los últimos tres siglos. No hay que ser un superdotado para darse cuenta que la España de los “austrias” no tiene nada que ver con la España actual: las cosas han cambiado mucho, los países también y sus fronteras; de hecho, España de Carlos II era una España muy joven ya que el concepto de España comienza con Carlos I hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso que reinó a mediados del siglo XVI y la pérdida del Peñón fue en 1704; es decir, un siglo y medio después, y todo lo demás leyendas y fantasías.

Por otro lado, esa España de Carlos II era una España de imperialistas con reinos y posesiones en ultramar, justo lo que se critica hoy a Inglaterra con respecto a Gibraltar, que en estos últimos tres siglos ha cambiado totalmente. Eso en cuanto a la parte histórica por la cual, y es otro tema que intentamos disfrazar, si reclamamos Gibraltar deberíamos comprender que nos reclamen Ceuta y Melilla, porque aquí hay otro tópico absolutamente falso por mucho que lo queramos disimular autodenominándolas “plazas soberanas”, y esa falsedad es afirmar que Marruecos no existía cuando se conquistaron esas colonias, porque no sólo existía, sino que hasta hacía bien poco España había sido una colonia de ellos. Lo que ocurre que la historia, en este país, se reescribe según nos interesa y se cuenta con la inmensa ventaja de que la cultura brilla por su ausencia. El reino de Marruecos, como tal, comienza con el imperio almorávide y almohade, continúa con los Benimerines pasando por los Watásidas, jerifes y saaditas y finalizando con los alaouitas, por lo que la teoría descabellada de que Marruecos no existía no deja de ser una sandez muy en boga por nuestros políticos y periodistas más indocumentados.

Es decir, que si por la vía histórica, por mucho que se empeñe en señor Carrascal en sus tratados de historia escrito a dos manos con Jiménez Losantos, lo tienen muy difícil los que defienden la españolidad del Peñón, a nivel legal en pleno siglo XXI lo tienen aún más difícil, ya que no hay ninguna ley internacional que les pueda apoyar en sus pretensiones: ni la Carta de Naciones Unidas ni las Conferencias Internacionales dan el menor respaldo a esa insinuación.

Si los españoles fuésemos menos “quijotes” y no viviésemos en una España virtual, falsa y de charanga y pandereta, intentaríamos beneficiarnos de todo lo positivo, que es mucho, de nuestros vecinos aplicando ese viejo principio de “vive y deja vivir”, pero no es así porque Gibraltar, en el fondo, es la única excusa que le queda al Partido Popular para tener algún atisbo de ser un partido de derechas. Evidentemente, es un partido cobarde y falso. Falso porque si tan “patriotas” y tan defensores a ultranza de España, como unidad, nos quieren hacer creer que son han tenido oportunidades más que notables para demostrarlo y nunca lo han hecho, y no lo han hecho por su segunda característica, la cobardía: baste señalar la “bajada de pantalones” cuando la jura de Arturo Mas o cuando se quedan impertérritos cuando injurian los símbolos nacionales en su presencia y bajo su mandato. Habría muchísimos ejemplos de falsedad y cobardía, pero, sinceramente, me trae sin cuidado ese partido como todos los demás. Lo que está claro, y eso sí que me interesa, es que no se puede seguir engañando a la opinión pública con el asunto de Gibraltar.

El bueno de Margallo, inauguró su ministerio con aquella payasada a su homólogo británico y continuó con un compendió cada vez mayor de disparates: primero, que si las aguas territoriales del Peñón eran españolas, después que si el bunkering, que yo creo ni sabía lo que era, que si el caladero, que si los bloques, que si el paraíso fiscal; en fin, disparate tras disparate y mientras tanto utilizando una frontera como medida de coacción. Ahora, como se le está desplomando todas las sandeces que dijo se queda en dos, sólo en dos, ya no habla ni de soberanía, ni de aguas jurisdiccionales, ni de espigones, ni de nada; ahora, se va a centrar, según él, en la fiscalidad de Gibraltar y en el medioambiente.

Vamos a ver, estimado Ministro, tú en la fiscalidad de Gibraltar no te puedes meter, como no te puedes meter en la de Andorra, o en la de Mónaco, o en la de Liechtenstein, faltaría más. Te podrá gustar o no gustar, pero no puedes meterte en casa ajena por mucho que tú te creas y quieras convencer de que Gibraltar es español, porque no lo es.

Con respecto al medioambiente, con todos mis respetos, ¿cuándo os ha importado a vosotros el medioambiente?, por favor, si os importase entenderíais que se prohibiese, por parte del Gobierno de Gibraltar, la pesca de arrastre, porque es nociva; si os importase el medioambiente hubieseis puesto el grito en el cielo cuando nuestros pescadores pescaban en el Estrecho con dinamita. Margallo, deja de decir chorradas, vive y deja vivir porque Gibraltar jamás será español, te guste o no.